martes, 23 de noviembre de 2010

VIVIR



El hambre de la eternidad,
el suelo de la inconciencia               
y el ansia de descubrir.
Cada día perseguir un sueño,
llorar y caerse,
reir y levantarse,
el brillo de una estrella,
el sol interrumpiendo el sueño
y el delirio del amor.
El tiempo que se escapa como agua que lucha entre las manos.
Dios escuchando los murmullos.
Todo eso que se vuelve igual que subir una montaña
y es tan solo vivir.

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