martes, 23 de noviembre de 2010

VIVIR



El hambre de la eternidad,
el suelo de la inconciencia               
y el ansia de descubrir.
Cada día perseguir un sueño,
llorar y caerse,
reir y levantarse,
el brillo de una estrella,
el sol interrumpiendo el sueño
y el delirio del amor.
El tiempo que se escapa como agua que lucha entre las manos.
Dios escuchando los murmullos.
Todo eso que se vuelve igual que subir una montaña
y es tan solo vivir.

FLORES Y SOL




Yo no quiero ni gloria ni riquezas,
Pues me siento feliz por la mañana
Con un ramo de flores en mi mesa
Y una gota del sol en mi ventana
Mi pobreza se alumbra y se engalana,
Y me parece bella mi pobreza,
Cuando hay una gota de sol en mi ventana
Y hay un ramo de flores en mi mesa
Mas quisiera morirme en la rudeza
De las horas sin sol y sin belleza,
Sino fuera por ti...............la soberena,
Que en las horas de angustia y de tristeza
¡Eres ramo de flores en mi mesa
Y eres gota de sol en mi ventana!


ROSAS Y ESPINAS


Entre rosas y espinas
se resbala la vida,
construyendo caminos
de encontrados momentos
espinas que profanan
la adolorida carne,
y rosas que embellecen
dulces horas de calma.
¡Puede más una rosa
que cien dirás espinas!
un capullo de ellas,
bien vale mil espadas;
la dicha, que se logra,
por sobre los escollos,
es feliz horizonte
de una vida lograda.
Por eso, no te duelan
las espinas clavadas,
aunque llaguen tu piel
y trastoquen tu calma,
si al final de la senda
hay una aurora blanca,
como una rosa roja
asilada en tu alma.

BUSCO UNA ESTRELLA




Cuando tú te fuiste, lloró la calandria,
esa, que en la rama solía trinar
antos melodiosos frente a tu ventana
cuando a la mañana te iba a despertar.

Las rosas lloraron con pena infinita
pensando que nadie las iba a regar,
y aquel duraznero que tanto cuidabas
en ese momento, se empezó a secar.

¿Recuerdas el sauce que estaba en el patio,
bajo cuya sombra te ibas a sentar?,
se sintió tan triste ante tu partida
que con desconsuelo, se puso a llorar.

Aquel gato blanco que tú recogiste
con su pata herida, que hiciste curar,
se subió a los techos de casas vecinas
con saltos felinos, él te fue a buscar.

Dentro de la casa se hizo el silencio
dejaste un espacio que no sé llenar,
las paredes frías congelan mi alma
tu calor humano se fue del lugar.

Dónde está tu risa y aquellas caricias
que me regalabas cuando al despertar 
abría mis ojos y tú me mirabas,
jamás en la vida las podré olvidar.
Hoy eres estrella en el firmamento,
llorando en silencio te empecé a buscar,
son tantas las luces que veo a lo lejos
más sé madre mía, que te he de encontrar.